martes, 25 de febrero de 2014

SINTOMAS DEL SINDROME DE ASPERGER EN NIÑOS


Síntomas del Síndrome de Asperger en los niños

Síntomas del Síndrome de Asperger

1. Habilidades sociales y control emocional
- No disfruta normalmente del contacto social. Se relaciona mejor con adultos que con los niños de su misma edad. No se interesa por los deportes
- Tiene problemas al jugar con otros niños. No entiende las reglas implícitas del juego. Quiere imponer sus propias reglas, y ganar siempre. Tal vez por eso prefiera jugar sólo
- Le cuesta salir de casa. No le gusta ir al colegio. Y presenta conflictos con sus compañeros
- Le cuesta identificar sus sentimientos y de los demás. Presenta más rabietas de lo normal. Llora con facilidad, por todo.
- Tiene dificultades para entender las intenciones de los demás. Es ingenuo. No tiene malicia. Es sincero

2. Habilidades de comunicación
- No suele mirarte a los ojos cuando te habla. Se cree en todo aquello que se le dice, y no entiende las ironías. Se interesa poco por lo que dicen los demás. Le cuesta entender una conversación larga, y cambia de tema cuando está confuso
- Habla mucho, en un tono alto y peculiar, y usa un lenguaje pedante, extremamente formal y con un extenso vocabulario. Inventa palabras o expresiones idiosincrásicas
- En ocasiones parece estar ausente, absorto en sus pensamientos

3. Habilidades de comprensión
- Siente dificultad de entender el contexto amplio de un problema. Le cuesta entender una pregunta compleja y tarda en responder.
- A menudo no comprende una crítica o un castigo. Así como no entiende el por qué debe portarse con distintas formas, según una situación social.
- Tiene una memoria excepcional para recordar datos y fechas
- Tiene especial interés por las matemáticas y las ciencias en general
- Aprende a leer solo a una edad temprana
- Demuestra escasa imaginación y creatividad, por ejemplo, para jugar con muñecos
- Tiene un sentido de humor peculiar

4. Intereses específicos
- Cuando algún tema en particular le fascina, ocupa la mayor parte de su tiempo libre en pensar, hablar o escribir sobre el asunto, sin importarse con la opinión de los demás
- Repite compulsivamente ciertas acciones o pensamientos para sentirse seguro
- Le gusta la rutina. No tolera los cambios imprevistos. Tiene rituales elaborados que deben ser cumplidos

5. Habilidades de movimiento
- Posee una pobre coordinación motriz. Corre a un ritmo extraño, y no tiene destreza para atrapar una pelota.
- Le cuesta vestirse, abrocharse los botones o hacer un lazo con los cordones.

6. Otras características
- Miedo, angustia debido a sonidos como los de un aparato eléctrico
- Ligeros roces sobre la piel o la cabeza
- Tendencia a agitarse o mecerse cuando está excitado o angustiado
- Falta de sensibilidad a niveles bajos de dolor
- Tardanza en adquirir el habla, en pocos casos
- Muecas, espasmos o tics faciales inusuales


El síntoma más distintivo del Síndrome de Asperger es el interés obsesivo del niño por un objeto o tema único, de forma que excluye el resto de los intereses normales para su edad. De esta forma, estos pequeños llegan a convertirse en verdaderos expertos en un tema hasta el punto que llegan a parecer profesores en miniatura, también por la formalidad de su vocabulario.

En los niños con Síndrome de Asperger se aprecia una restricción significativa de los comportamientos no verbales como la expresión facial y el contacto ocular. También se nota una marcada incapacidad para desarrollar relaciones con sus coetáneos así como una ausencia de reciprocidad social o emocional.

A la misma vez, el niño con esta patología suele mostrar una adhesión inflexible a rutinas específicas que no cumplen ninguna función, presentan manierismos motores como sacudir o girar las manos y los dedos y una preocupación anormal y persistente por partes de algunos objetos. Estas particularidades son las que conllevan a confundir el diagnóstico del Síndrome de Asperger con el autismo, sobre todo si en éste último se ha conservado la inteligencia.

Aunque no se presenta un retraso significativo del lenguaje y otras habilidades cognitivas, el problema en la comunicación y la restricción de la esfera de intereses suele causar un deterioro importante en la actividad social de estos niños.

El Síndrome de Asperger suele manifestarse cuando el niño comienza la etapa preescolar, sobre todo a partir del retraso motor o una torpeza que no es característica de su edad. Luego, en la etapa escolar, comienzan a manifestarse las deficiencias en la interacción social. En la adultez estas personas pueden llevar una vida bastante normal (en dependencia de la severidad del trastorno), si bien el mismo continúa su curso continuo.


Las causas del Síndrome de Asperger

Los estudios más recientes que han abordado esta patología apuntan hacia la existencia de anormalidades cerebrales. Empleando las técnicas de imágenes cerebrales se han revelado diferencias estructurales y funcionales en regiones específicas del cerebro que podrían estar causadas por una migración anormal de células embriónicas durante el desarrollo fetal. Esto afectaría la estructura cerebral y el “cableado” y posteriormente provocaría un daño en los circuitos neurales responsables del pensamiento y el comportamiento.

Se conoce que existe una reducción de la actividad cerebral en el lóbulo frontal de las personas con Síndrome de Asperger así como niveles anormales de algunas proteínas específicas relacionadas con los comportamientos obsesivos y repetitivos.

También se hace referencia a un posible componente hereditario ya que en las personas son Síndrome de Asperger, los hijos suelen desarrollar algunas de estas características, si bien pueden ser menos acuciadas. Aún así, hasta el momento no se ha detectado un gen específico. De hecho, algunas teorías apuestan por la presencia de un grupo común de genes cuyas variaciones o supresiones hacen que la persona sea más vulnerable. Precisamente, esta combinación genética es la que determinaría la gravedad de los síntomas.


Tratamiento del Síndrome de Asperger

El tratamiento idóneo del Síndrome de Asperger sería una conjugación de terapias donde se aborden los tres síntomas esenciales del trastorno: escasas habilidades de comunicación, rutinas obsesivas o repetitivas y torpeza física. Aún así, no existe un camino preestablecido en el tratamiento y cada profesional deberá valorar cuál es la mejor estrategia para cada caso.

Aún así, el tratamiento más eficaz es aquel que construye, basándose en los intereses del niño, un programa predecible donde se le enseñan diferentes tareas que logren atraer su atención. Generalmente incluye:

-La capacitación en habilidades sociales, casi siempre a través de la terapia de grupo.

-La terapia conductual cognitiva dirigida a manejar las emociones y disminuir los intereses obsesivos y las rutinas repetitivas

-El uso de medicamentos para tratar patologías coexistentes como pueden ser la depresión o la ansiedad.

-La terapia ocupacional o física.

-La capacitación y apoyo para los padres en aras de enseñarles las técnicas más eficaces que deben emplear en el hogar.

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