Síntomas del Síndrome de Asperger en
los niños
1. Habilidades sociales y control
emocional
- No disfruta normalmente del contacto
social. Se relaciona mejor con adultos que con los niños de su misma
edad. No se interesa por los deportes
- Tiene problemas al jugar con otros
niños. No entiende las reglas implícitas del juego. Quiere imponer
sus propias reglas, y ganar siempre. Tal vez por eso prefiera jugar
sólo
- Le cuesta salir de casa. No le gusta
ir al colegio. Y presenta conflictos con sus compañeros
- Le cuesta identificar sus
sentimientos y de los demás. Presenta más rabietas de lo normal.
Llora con facilidad, por todo.
- Tiene dificultades para entender las
intenciones de los demás. Es ingenuo. No tiene malicia. Es sincero
2. Habilidades de comunicación
- No suele mirarte a los ojos cuando te
habla. Se cree en todo aquello que se le dice, y no entiende las
ironías. Se interesa poco por lo que dicen los demás. Le cuesta
entender una conversación larga, y cambia de tema cuando está
confuso
- Habla mucho, en un tono alto y
peculiar, y usa un lenguaje pedante, extremamente formal y con un
extenso vocabulario. Inventa palabras o expresiones idiosincrásicas
- En ocasiones parece estar ausente,
absorto en sus pensamientos
3. Habilidades de comprensión
- Siente dificultad de entender el
contexto amplio de un problema. Le cuesta entender una pregunta
compleja y tarda en responder.
- A menudo no comprende una crítica o
un castigo. Así como no entiende el por qué debe portarse con
distintas formas, según una situación social.
- Tiene una memoria excepcional para
recordar datos y fechas
- Tiene especial interés por las
matemáticas y las ciencias en general
- Aprende a leer solo a una edad
temprana
- Demuestra escasa imaginación y
creatividad, por ejemplo, para jugar con muñecos
- Tiene un sentido de humor peculiar
4. Intereses específicos
- Cuando algún tema en particular le
fascina, ocupa la mayor parte de su tiempo libre en pensar, hablar o
escribir sobre el asunto, sin importarse con la opinión de los demás
- Repite compulsivamente ciertas
acciones o pensamientos para sentirse seguro
- Le gusta la rutina. No tolera los
cambios imprevistos. Tiene rituales elaborados que deben ser
cumplidos
5. Habilidades de movimiento
- Posee una pobre coordinación motriz.
Corre a un ritmo extraño, y no tiene destreza para atrapar una
pelota.
- Le cuesta vestirse, abrocharse los
botones o hacer un lazo con los cordones.
6. Otras características
- Miedo, angustia debido a sonidos como
los de un aparato eléctrico
- Ligeros roces sobre la piel o la
cabeza
- Tendencia a agitarse o mecerse cuando
está excitado o angustiado
- Falta de sensibilidad a niveles bajos
de dolor
- Tardanza en adquirir el habla, en
pocos casos
- Muecas, espasmos o tics faciales
inusuales
El síntoma más distintivo del
Síndrome de Asperger es el interés obsesivo del niño por un objeto o
tema único, de forma que excluye el resto de los intereses normales para
su edad. De esta forma, estos pequeños llegan a convertirse en
verdaderos expertos en un tema hasta el punto que llegan a parecer
profesores en miniatura, también por la formalidad de su vocabulario.
En los niños con Síndrome de
Asperger se aprecia una restricción significativa de los comportamientos
no verbales como la expresión facial y el contacto ocular. También se
nota una marcada incapacidad para desarrollar relaciones con sus
coetáneos así como una ausencia de reciprocidad social o emocional.
A la misma vez, el niño con esta
patología suele mostrar una adhesión inflexible a rutinas específicas
que no cumplen ninguna función, presentan manierismos motores como
sacudir o girar las manos y los dedos y una preocupación anormal y
persistente por partes de algunos objetos. Estas particularidades son
las que conllevan a confundir el diagnóstico del Síndrome de Asperger
con el autismo, sobre todo si en éste último se ha conservado la inteligencia.
Aunque no se presenta un retraso
significativo del lenguaje y otras habilidades cognitivas, el problema
en la comunicación y la restricción de la esfera de intereses suele
causar un deterioro importante en la actividad social de estos niños.
El Síndrome de Asperger suele
manifestarse cuando el niño comienza la etapa preescolar, sobre todo a
partir del retraso motor o una torpeza que no es característica de su
edad. Luego, en la etapa escolar, comienzan a manifestarse las
deficiencias en la interacción social. En la adultez estas personas
pueden llevar una vida bastante normal (en dependencia de la severidad
del trastorno), si bien el mismo continúa su curso continuo.
Las causas del Síndrome de Asperger
Los estudios más recientes que
han abordado esta patología apuntan hacia la existencia de anormalidades
cerebrales. Empleando las técnicas de imágenes cerebrales se han
revelado diferencias estructurales y funcionales en regiones específicas
del cerebro que podrían estar causadas por una migración anormal de
células embriónicas durante el desarrollo fetal. Esto afectaría la
estructura cerebral y el “cableado” y posteriormente provocaría un daño
en los circuitos neurales responsables del pensamiento y el
comportamiento.
Se conoce que existe una
reducción de la actividad cerebral en el lóbulo frontal de las personas
con Síndrome de Asperger así como niveles anormales de algunas proteínas
específicas relacionadas con los comportamientos obsesivos y
repetitivos.
También se hace referencia a un
posible componente hereditario ya que en las personas son Síndrome de
Asperger, los hijos suelen desarrollar algunas de estas características,
si bien pueden ser menos acuciadas. Aún así, hasta el momento no se ha
detectado un gen específico. De hecho, algunas teorías apuestan por la
presencia de un grupo común de genes cuyas variaciones o supresiones
hacen que la persona sea más vulnerable. Precisamente, esta combinación
genética es la que determinaría la gravedad de los síntomas.
Tratamiento del Síndrome de Asperger
El tratamiento idóneo del
Síndrome de Asperger sería una conjugación de terapias donde se aborden
los tres síntomas esenciales del trastorno: escasas habilidades de
comunicación, rutinas obsesivas o repetitivas y torpeza física. Aún así,
no existe un camino preestablecido en el tratamiento y cada profesional
deberá valorar cuál es la mejor estrategia para cada caso.
Aún así, el tratamiento más
eficaz es aquel que construye, basándose en los intereses del niño, un
programa predecible donde se le enseñan diferentes tareas que logren
atraer su atención. Generalmente incluye:
-La capacitación en habilidades sociales, casi siempre a través de la terapia de grupo.
-La terapia conductual cognitiva dirigida a manejar las emociones y disminuir los intereses obsesivos y las rutinas repetitivas
-El uso de medicamentos para tratar patologías coexistentes como pueden ser la depresión o la ansiedad.
-La terapia ocupacional o física.
-La capacitación y apoyo para los padres en aras de enseñarles las técnicas más eficaces que deben emplear en el hogar.